"La familia es la base de la sociedad", esto es lo que nos enseñan en los centros educativos, sin embargo, difiere mucho la realidad con la teoría, pues, no se puede poner a un conjunto de personas como la base, ya que, cada uno posee habilidades y necesidades distintas. Cada persona es diferente, en personalidad, en carácter, deseos, sueños, objetivos.
La sociedad incluso, ha avanzado de tal manera, que la familia convencional, compuesta por una mujer, un marido e hijos, ha terminado siendo, una mujer con sus hijos, o un padre con sus hijos. En el peor de los casos, los hijos terminan sin la protección de sus padres ni la manutención.
La familia, va más allá del convencionalismo ideológico: padre, madre e hijos. Una familia está compuesta, por personas que buscan un objetivo en común, y que se apoyan entre sí, sin la necesidad de que exista un vinculo sanguíneo.
No es posible seguir concibiendo y creyendo ciegamente e irracionalmente sobre el "ideal" convencional de padre, madre e hijos. Cuando éste difiere mucho de la realidad. Vemos a madres solas con sus hijos, o a padres solos con sus hijos. Y esto psicológicamente, puede afectar a los infantes, si en dado caso, no se le brinda la atención a sus necesidades básicas primarias tales como techo, alimento y abrigo. Sumado la atención emocional como lo es, la comprensión y el amor. En la mayoría de los casos, he conocido personas, incluso en mi propia familia, donde han quedado solas con su madre y esto no ha sido una excusa que les llevé a ser personas improductivas o que causen daño a otras. Por el contrario, suelen valorar más el afecto, y por consiguiente, desarrollan un mejor panorama de lo que significa la responsabilidad de ser padres.
No podemos echar la culpa a "las familias desintegradas" sobre la violencia, es algo relativo, pues, así como hay hijos que han disfrutado y han sido apoyados por el padre o la madre con quiénes decidieron quedarse, hay también otros, que ponen de excusa su falta de responsabilidad personal en el mejor manejo de sus vidas y en la búsqueda de su felicidad y bienestar. No por ello, existe violencia, ladrones o pandilleros. Sino, la falta de visión, criterio propio y de amor que pueda recibir en su entorno, no importando si es del padre, de la madre, del tío, de los abuelos o de los amigos.

Evaluemos con suma conciencia, y nos daremos cuenta de que la familia
"NO ES LA BASE DE LA SOCIEDAD", sino que la base de toda sociedad, es en sí, EL INDIVIDUO. ¿Por qué digo tal cosa? Simplemente, hay que recordar que: "la responsabilidad de vivir plenamente, buscando la felicidad y el bienestar es algo totalmente personal". El padre o la madre no puede vivir la vida de los hijos, esto es algo que compete obviamente a sus hijos. Ni tampoco los hijos pueden vivir la vida de sus padres, y atribuirse responsabilidades que atañen a ellos.
De tal manera, que la ideología convencional y retrograda de que la "familia está compuesta por padre, madre e hijos y que está es al base de la sociedad, es totalmente una falacia irrefutable. Los hechos pesan más que la absurda creencia.
He conocido hermanos que han quedado huérfanos y que el hermano mayor ha figurado con el papel de padre y madre, hacía sus hermanos menores. Y han llegado a desarrollarse como personas íntegras.
Incluso, un amigo o amiga puede llegar a figurar como un hermano. La familia, no se limita a la consanguinidad, sino que va más allá de éste. Claro, todos tenemos un padre y una madre, algunos la dicha de tener hermanos, sin embargo, el amor hacía ellos, no es algo que venga impregnado en nuestro cerebro. El respeto a los padres y el amor, tanto a ellos como a los hermanos, es un proceso que conlleva el compartir. Por ejemplo: ¿Qué amor podrá sentir un hijo hacía su padre que lo abandonó de bebé y nunca le brindó lo necesario para su desarrollo? ¿Qué amor podrá sentir un hijo hacía su madre, si nunca le dio la atención a sus necesidades?
El amor es un vinculo no de sangre, sino de un compartir diariamente. El respeto y la admiración se ganan con acciones, y se cultiva con el tiempo. El ejemplo de amor y respeto, no necesariamente se obtiene de la familia por consanguinidad, sino, que éste también se aprende del entorno. He ahí porque existen "pandillas", pues, sus integrantes vandalos, suelen brindar la atención y el apoyo que necesitan, ganándose el respeto de sus seguidores, y posibles reclutas para seguir en el circulo de la violencia.
La familia no es la base de la sociedad, la base de la sociedad es CADA INDIVIDUO que la conformamos. Por ello, es necesario que saquemos de nuestra mente la idealización convencional de familia, y que pongamos sobre la mesa la realidad. Solamente cuando comprendamos, aceptemos de que el individuo es la base de la sociedad, podremos transmitir la enseñanza de "amor, respeto, valor y pensamiento crítico", y sepan que estos aspectos son la base para que un individuo posea el suficiente conocimiento para obrar de manera justa e íntegra, velando por sus intereses, y respetando los intereses ajenos.
Al colocar a la familia como la base de la sociedad, quitamos responsabilidad y derechos a cada persona. Por el contrario, si colocamos al individuo como la base de la sociedad, le conferimos la responsabilidad tanto de sus derechos como de sus obligaciones.
Los derechos base de cada individuo son libertad de conciencia y acción, y la obligación génesis es el RESPETO a sus semejantes.
"El individuo es actor de su propia vida, la familia es solo el escenario y entorno donde inicia su obra"
Con esta frase concluyo mi ponencia en este tema.