Desde hace unos días, tenía el deseo de escribir sobre la
propuesta de ley que obliga a leer la Biblia en los centros educativos. Antes
de continuar con mi ponencia, dejó en claro que
respeto a cualquier individuo que profese una religión cristiana, sea
católico o protestante, o cualquier otra. Mi deseo es plantear los motivos, por los
cuales, no debe de aprobarse una ley que atenta a la libertad del derecho
individual.
En primer lugar, la constitución de la República de Guatemala, establece que somos un Estado
laico, es decir, que es independiente a cualquier organización religiosa y por
lo tanto las autoridades políticas no deben profesar públicamente una religión determinada
ni tampoco, sus creencias deberían influir en las políticas públicas. Esto es el concepto de laico, lamentablemente en Guatemala
quiénes presentaron esta propuesta están actuando ilegalmente, dejando entre
ver, que están siguiendo sus intereses personales. Es totalmente reprobable
esta acción y actitud.
¿Acaso habiendo más cristianos católicos y evangélicos en
Guatemala, se ha logrado erradicar la violencia? Guatemala posee un alto índice
de creyentes cristianos, por lo cual, lógicamente debería de existir mayor
conciencia moral, valores y principios, que respeten la vida ajena. Sin
embargo, esto no se ve reflejado en la actualidad. En su lugar, ha crecido
dentro la sociedad la DOBLE MORAL, es decir, dicen ser seguidores o creyentes
del cristianismo, pero, no practican ni siquiera el “respeto al prójimo”.
Creen, pero sus acciones a escondidas, son lo contrario a sus preceptos
cristianos, y esto no es un tema sin conocer, todos lo hemos vivido, visto,
oído y quizá hasta hemos sido partícipes.
LA BIBLIA NO ES LA VARITA MÁGICA PARA
ERRADICAR LA VIOLENCIA, NI PARA SEMBRAR EN LA JUVENTUD PRINCIPIOS Y VALORES, es
la decisión individual la que genera ciudadanos respetables y respetuosos de la
vida ajena. La Biblia es un libro más que puede servir de instrumento para
educar con ciertos principios y valores, el más grande de todos: EL AMOR ASÍ
MISMO Y AL PRÓJIMO. Pero no significa que sea el único instrumento que pueda
brindar las herramientas para hacer conciencia en los ciudadanos. Tampoco, es
admisible que se pretenda uniformar con un libro a todo individuo. Es como si,
yo propusiera que todos deberíamos leer el libro de Ayn Rand “El Manantial”,
puesto que, para mí persona, éste me ha brindado herramientas de reflexión
moral y filosófica. Quizá algunos ni siquiera hayan
escuchado mencionar a dicha filosofa.
Cada individuo lo que necesita son herramientas que le
orienten al Respeto de sí mismo y por ende, al respeto por los demás. Y esto es
“sentido común”. El respeto es la base de toda moral, de la ética y por
supuesto, de toda creencia religiosa que busca la paz personal y de su entorno.
Por otro lado, cada persona posee la obligación, el derecho y la
responsabilidad de buscar por sí mismo, la paz, la armonía y sobre todo su
felicidad. En el momento en que realizan esta propuesta, están faltando al
RESPETO AJENO, puesto que, están pasando por alto la “LIBERTAD DE ELEGIR” de
cada persona. Dicho en un sentido cristiano, están violando el derecho que la
Biblia llama “LIBRE ALBEDRÍO”. No es posible, que dentro del mismo seno
cristiano, se contradigan, esto se llama incoherencia.
Es inadmisible, que
queriendo, llegar a un bien común, lo
quieran hacer de una manera arbitraria e irracional, pasando por encima de
todo derecho individual.
Al permitir que se imponga la lectura de la Biblia como ley,
estamos permitiendo que se generé un dogmatismo legalizado, que puede
repercutir maliciosamente en la manipulación por los intereses de la cúpula del
los líderes religiosos, y esto sería, una puerta abierta para que Guatemala
cayera en algún régimen religioso extremista, tal y como sucede actualmente en
países árabes musulmanes. Basta con leer, ver y escuchar noticias, para darnos
cuenta de que cualquier régimen religioso, buscará al final imponer sus
creencias en pro de intereses de sus dirigentes. Y esto, en lugar de generar
paz y armonía, generará guerras.
Cada persona tiene la responsabilidad de aprender de sus
errores, de buscar su felicidad, la armonía, la paz y bienestar de la manera
que mejor le plazca, siempre y cuando, NO TRASGREDA EL RESPETO al derecho de su prójimo.
Hagámonos estas preguntas:
¿Merezco libertad y respeto?
¿Permitiré que en Guatemala gobierne el respeto como base de
toda moral y ética?
O bien, ¿Permitiré que otros elijan lo que puedo y no puedo leer,
creer, pensar o hacer?
“Respetando mi libertad también procuro la
defensa y respeto de tu libertad”